Cantos 1
Entrada: VAYAMOS JUNTOS AL ALTARPenitencial: SEÑOR, TEN PIEDAD (21)
Himno: GLORIA A DIOS EN EL CIELO (25)
Del salmo 18: LOS MANDAMIENTOS DEL SEÑOR ALEGRAN EL CORAZÓN
Aclamación: ALELUYA, ALELUYA (21)
Ofrendas: OFRENDA DE AMOR
Santo: SANTO, SANTO, SANTO (20) Cordero: CORDERO DE DIOS (25)
Comunión: POR UN PEDAZO DE PAN
Comunión: UNA VISIÓN DE FUTURO
Salida: MADRE DE LOS POBRES
Cantos 2c
Entrada: Jesucristo nos amó (Apéndice)En medio de nosotros CLN A6
Aclama al Señor tierra entera CLN 517
Introito en latin: Omnia quae fecisti
Salmo Responsorial y Aleluya. Los mandatos del Señor .. (Propio)
Ofertorio: Bendito seas Señor CLN H 6
Santo Gregoriano.
Comunión:Cuando el pobre nada tiene CLN 725
Comiendo del mismo pan CLN 027;
Final: Demos gracias al Señor (Cantos varios)
Publicado por Franciscanos Valladolid
Fuente: las melli
Fuente: churchforum
Arranca
lo que te impida
dar frutos de amor
Fuente: http://www.diocesismalaga.es/
LOS CRISTIANOS HOY DEBEMOS APRENDER
A VALORAR A LOS DISTINTOS DE NOSOTROS
SENTIDO DEL APRENDIZAJE
A veces nuestra fe nos hace orgullosos, intolerantes y hasta fanáticos. Hoy en día esto llega a veces hasta el paroxismo. Basta leer las noticias casi cada día. El fanatismo es uno de los grandes problemas de la humanidad. Llega hasta el asesinato y el terror. Y los gobiernos se ponen en guardia en aras de la seguridad porque hoy el mundo se ha hecho más inseguro que nunca. Y lo que es peor: en nombre de “Dios”.
El tema de “Dios” sobrevuela como algo/alguien del que nos apropiamos: es “nuestro” Dios y no el de los demás. Por eso distinguimos claramente, y a veces hasta con odio, entre “los nuestros” y “los otros”…
No hablamos sólo del Islam sino de nuestra fe cristiana.
También entre nosotros, los cris- tianos, hoy en día -y con mucha más radicalidad y tragedia en otro tiempo, lejano ya o todavía cercano- ponemos la barrera entre “los nuestros” y “los otros”.
La palabra de Jesús hoy, en el evangelio, es una llamada urgente a la tolerancia activa, al respeto y el amor universal a todos los que no piensan como nosotros, aunque crean en el mismo Dios.
TEXTOS
1. Dios también está en la diferencia
«Somos relación […] Cuando nosotros reducimos las personas a cosas, a Ello, las degradamos y nos degradamos también a nosotros mismos. Reducidas a cosas, ya podemos tratarlas como cosas, trasladarlas, archivarlas, marginadas, destruidas. Algo de nuestra propia persona también se ha endurecido y «cosificado». Pero cuando se da un verdadero encuentro, tanto el tú como el yo se hacen más humanos.
No hay posibilidad de ser persona sin el «otro». […] El otro puede ser una diferencia que desinstala mis juicios y mis posturas vitales. El emigrante de piel más oscura que la mía, colocado en el centro de la convivencia, vecino en la misma calle o compañero de oficina; el creyente de otra religión que estremece mis convicciones; la bondad del agnóstico que desarma mis argumentos…: todos los diferentes pueden ensanchar mi universo personal, que tiende a cerrarse en cómodos terrenos bien cercados donde los demás no caben.
… El otro puede ser una pobreza que me saca de mi egoísmo… El mismo Jesús lo expresó reiteradamente con toda claridad: «Tomando a un niño, lo puso en medio, lo abrazó y les dijo: “El que acoge a un niño de éstos por causa mía me acoge a mí’» (Mc 9,36- 37).
… El otro puede ser un Caín, una agresión poderosa que amenaza con mutilar mi persona o destruir mi vida… En todo agresor podemos ver la marca que Dios ha puesto en su rostro, como en el rostro de Caín, para que le respetemos la vida (Gn 4,9).
Dios es la comunión en la que puedo avanzar siempre, sin que el encuentro se agote nunca; pero Dios es también la diferencia que me lleva a ensanchar la comunión hasta el límite del universo entero y de las generaciones humanas. Esa diferencia que me desinstala no se vive sólo en el encuentro contemplativo, sino también en todos los rostros salidos de la originalidad inagotable de Dios que me salen al paso de maneras inesperadas. Hay que dejarse encontrar por las diferencias. No basta con la «tolerancia» que permite que el otro siga existiendo mientras su vida no interfiera conmigo. Es necesario el «respeto» que asume al otro tal como es e intenta abrirle un espacio en la sociedad y dentro de la propia persona.»
Benjamín González Buelta, S.J. (“Orar en un mundo roto”)
2. Más allá de la tolerancia
«No se necesita mucha elocuencia para demostrar que los cristianos deben tolerarse mutuamente. Más aún; os digo que hay que mirar a todos los hombres como a hermanos nuestros. ¡Qué! ¿Hermano mío el turco? ¿Hermano mío el chino, el judío, el si arnés ? Sí, sin duda alguna. ¿No somos todos hijos del mismo padre y criaturas del mismo Dios? ¡Pero esos pueblos nos desprecian, nos tratan como a idólatras! ¡Bueno! Les diré que no tienen razón.
TEXTOS
1. Dios también está en la diferencia
«Somos relación […] Cuando nosotros reducimos las personas a cosas, a Ello, las degradamos y nos degradamos también a nosotros mismos. Reducidas a cosas, ya podemos tratarlas como cosas, trasladarlas, archivarlas, marginadas, destruidas. Algo de nuestra propia persona también se ha endurecido y «cosificado». Pero cuando se da un verdadero encuentro, tanto el tú como el yo se hacen más humanos.
No hay posibilidad de ser persona sin el «otro». […] El otro puede ser una diferencia que desinstala mis juicios y mis posturas vitales. El emigrante de piel más oscura que la mía, colocado en el centro de la convivencia, vecino en la misma calle o compañero de oficina; el creyente de otra religión que estremece mis convicciones; la bondad del agnóstico que desarma mis argumentos…: todos los diferentes pueden ensanchar mi universo personal, que tiende a cerrarse en cómodos terrenos bien cercados donde los demás no caben.
… El otro puede ser una pobreza que me saca de mi egoísmo… El mismo Jesús lo expresó reiteradamente con toda claridad: «Tomando a un niño, lo puso en medio, lo abrazó y les dijo: “El que acoge a un niño de éstos por causa mía me acoge a mí’» (Mc 9,36- 37).
… El otro puede ser un Caín, una agresión poderosa que amenaza con mutilar mi persona o destruir mi vida… En todo agresor podemos ver la marca que Dios ha puesto en su rostro, como en el rostro de Caín, para que le respetemos la vida (Gn 4,9).
Dios es la comunión en la que puedo avanzar siempre, sin que el encuentro se agote nunca; pero Dios es también la diferencia que me lleva a ensanchar la comunión hasta el límite del universo entero y de las generaciones humanas. Esa diferencia que me desinstala no se vive sólo en el encuentro contemplativo, sino también en todos los rostros salidos de la originalidad inagotable de Dios que me salen al paso de maneras inesperadas. Hay que dejarse encontrar por las diferencias. No basta con la «tolerancia» que permite que el otro siga existiendo mientras su vida no interfiera conmigo. Es necesario el «respeto» que asume al otro tal como es e intenta abrirle un espacio en la sociedad y dentro de la propia persona.»
Benjamín González Buelta, S.J. (“Orar en un mundo roto”)
2. Más allá de la tolerancia
«No se necesita mucha elocuencia para demostrar que los cristianos deben tolerarse mutuamente. Más aún; os digo que hay que mirar a todos los hombres como a hermanos nuestros. ¡Qué! ¿Hermano mío el turco? ¿Hermano mío el chino, el judío, el si arnés ? Sí, sin duda alguna. ¿No somos todos hijos del mismo padre y criaturas del mismo Dios? ¡Pero esos pueblos nos desprecian, nos tratan como a idólatras! ¡Bueno! Les diré que no tienen razón.
Me parece que, por lo menos, asombraría a la orgullosa terquedad de un imán, o de los talapones, si les hablase de este modo: Este pequeño globo, que no es más que un punto, rueda en el espacio como los demás globos; estamos perdidos en la inmensidad. El hombre, de unos cinco pies de altura, seguramente es muy poca cosa en la creación. Uno de esos seres imperceptibles dice a cualquiera de sus vecinos, en Arabia o en la Cafrería: “Oídme, porque el Dios de todos esos mundos me ha iluminado. Hay 900 millones de hormigas como nosotros en la tierra; pero sólo es grato a Dios mi hormiguero; los demás los aborrece desde la eternidad; él solo será dichoso, los demás serán eternamente infortunados.”
Me detendrían y preguntarían: ¿Quién es el loco que ha dicho esa necedad? Me vería obligado a responderles: Vosotros mismos.
Trataría en seguida de apaciguarlos; lo que sería muy difícil».
Voltaire, “Tratado sobre la tolerancia” (1763)
3. No habléis de amor: amad
No habléis del amor que sentís
por vuestros hermanos. Amad.
No discutáis sobre doctrinas y religiones.
No hay más que una.
Todos los ríos van al Océano.
Id y dejad que los demás vayan al Océano.
A lo largo de su curso, el agua se divide
-según las razas, la edad y las almas-
en cauces diferentes,
pero siempre es la misma agua.
Id, corred hacia el Océano.
Anónimo indio
(Elena Oyarzábal, u.j., “Caminos de encuentro”)
UNA CANCIÓN
“Contamíname” (Pedro Guerra):https://www.youtube.com/watch?v=kJT-eKAfixs
No se trata solo de tolerancia, sino de un deseo de “contaminarse” de los valores positivos de otras culturas, de otros mundos que ahora rechazamos porque “son pobres” y “nos invaden”… Pero este nuestro mundo, inevitablemente, se nos ha hecho intercultural. Contaminémonos para caminar juntos viviendo una misma vida…
Cuéntame el cuento del árbol dátil,de los desiertos, de las mezquitas de mis abuelos.Dame los ritmos de las darbukasy los secretos que hay en los libros que yo no leo.
Contamíname,pero no con el humo que asfixia el aire.Ven, pero sí con tus ojos y con tus bailes.Ven, pero no con la rabia y los malos sueños.Ven, pero sí con los labios que anuncian besos.
Contamíname, mézclate conmigo,que bajo mi rama tendrás abrigo.
Cuéntame el cuento de las cadenasque te trajeron, de los tratados y los viajeros.Dame los ritmos de los tamboresy los voceros, del barrio antiguo y del barrio nuevo.
Cuéntame el cuento de los que nuncase descubrieron, del río verde y de los boleros.Dame los ritmos de los buzukis,los ojos negros, la danza inquieta del hechicero.
Publicado por Franciscanos Valladolid
Voltaire, “Tratado sobre la tolerancia” (1763)
3. No habléis de amor: amad
No habléis del amor que sentís
por vuestros hermanos. Amad.
No discutáis sobre doctrinas y religiones.
No hay más que una.
Todos los ríos van al Océano.
Id y dejad que los demás vayan al Océano.
A lo largo de su curso, el agua se divide
-según las razas, la edad y las almas-
en cauces diferentes,
pero siempre es la misma agua.
Id, corred hacia el Océano.
Anónimo indio
(Elena Oyarzábal, u.j., “Caminos de encuentro”)
UNA CANCIÓN
“Contamíname” (Pedro Guerra):https://www.youtube.com/watch?v=kJT-eKAfixs
No se trata solo de tolerancia, sino de un deseo de “contaminarse” de los valores positivos de otras culturas, de otros mundos que ahora rechazamos porque “son pobres” y “nos invaden”… Pero este nuestro mundo, inevitablemente, se nos ha hecho intercultural. Contaminémonos para caminar juntos viviendo una misma vida…
Cuéntame el cuento del árbol dátil,de los desiertos, de las mezquitas de mis abuelos.Dame los ritmos de las darbukasy los secretos que hay en los libros que yo no leo.
Contamíname,pero no con el humo que asfixia el aire.Ven, pero sí con tus ojos y con tus bailes.Ven, pero no con la rabia y los malos sueños.Ven, pero sí con los labios que anuncian besos.
Contamíname, mézclate conmigo,que bajo mi rama tendrás abrigo.
Cuéntame el cuento de las cadenasque te trajeron, de los tratados y los viajeros.Dame los ritmos de los tamboresy los voceros, del barrio antiguo y del barrio nuevo.
Cuéntame el cuento de los que nuncase descubrieron, del río verde y de los boleros.Dame los ritmos de los buzukis,los ojos negros, la danza inquieta del hechicero.
Publicado por Franciscanos Valladolid